Philip Aston, relator especial de les Nacions Unides, en la declaració que ha elaborat després de la seva visita a Espanya, assenyala que aquesta té una de les taxes de pobresa infantil més altes d’Europa. Això no és massa congruent amb el fet de que a Espanya se la consideri la quarta economia de la Unió Europea.
L’expert de l’ONU va visitar Madrid, Galicia, El País Basc, Extremadura, Andalusia i Catalunya, i es va reunir amb persones afectades per la pobresa, funcionaris del govern de l’àmbit local, autonòmic i central, així com amb activistes, acadèmics i representants d’organitzacions de la societat civil. També va visitar nombrosos centres comunitaris i escoles, oficines d’ONG, centres de serveis socials i altres serveis d’atenció a diferents col·lectius socials.
A continuació, reproduïm algunes afirmacions que fa Aston a la seva declaració:
- “A pesar de que España está prosperando económicamente, demasiadas personas siguen pasando apuros”.
- “La recuperación después de la recesión ha dejado a muchos atrás, con políticas económicas que benefician a las empresas y a los ricos, mientras que los grupos menos privilegiados han de lidiar con servicios públicos fragmentados que sufrieron serios recortes después de 2008 y nunca se restauraron”.
- “España debería mirarse de cerca en el espejo. Lo que verá no es lo que desearía la mayoría de españoles, ni lo que muchos responsables de formular políticas tenían planeado: una pobreza generalizada y un alto nivel de desempleo, una crisis de vivienda de proporciones inquietantes, un sistema de protección social completamente inadecuado que arrastra deliberadamente a un gran número de personas a la pobreza, un sistema educativo segregado y cada vez más anacrónico, un sistema fiscal que brinda muchos más beneficios a los ricos que a los pobres y una mentalidad burocrática profundamente arraigada en muchas partes del gobierno que valora los procedimientos formalistas por encima del bienestar de las personas”.
- “Los formuladores de políticas les han fallado en gran medida a las personas que viven en la pobreza, y los derechos sociales rara vez se toman en serio. La vivienda de bajo coste es casi inexistente y el sistema para brindar asistencia social está quebrado, es imposible de navegar y hace que las familias acaudaladas se beneficien más de las transferencias de efectivo que las familias pobres. Mientras tanto, las empresas están pagando la mitad de los impuestos que antes de la crisis a pesar de registrar fuertes beneficios”.
- “He visitado lugares que sospecho que muchos españoles no reconocerían como parte de su país. Un barrio pobre con condiciones mucho peores que un campamento de refugiados, sin agua corriente, electricidad ni saneamiento, donde los trabajadores inmigrantes llevan años viviendo sin ninguna mejora en su situación. Vecindarios de pobreza concentrada donde las familias crían niños con una grave escasez de servicios estatales, clínicas de salud, centros de empleo, seguridad, carreteras asfaltadas o incluso suministro eléctrico legal”.
- “La palabra que he escuchado con mayor frecuencia en las últimas dos semanas es ‘abandonados. He conocido a personas que perdieron todos sus ahorros durante la crisis, que tienen que elegir entre poner comida sobre la mesa o calentar una casa, y que afrontan la posibilidad de ser desalojadas, incapaces de encontrar una vivienda asequible. Casi todos los que conocí buscaban ávidamente un trabajo decente”.
- “Ciertos grupos están particularmente olvidados por los formuladores de políticas, sufren el impacto de la discriminación estructural y experimentan tasas de pobreza desproporcionadamente altas. España tiene una de las comunidades de gitanos más grandes de la UE, casi la mitad de los cuales viven en la extrema pobreza. Las mujeres, los habitantes en zonas rurales, los inmigrantes, las trabajadoras domésticas y las personas con discapacidad están extremadamente desatendidas por las políticas actuales y se ven injustamente afectadas por la pobreza”.
- “Ahora España necesita un liderazgo innovador a escala nacional, respaldado con recursos para alentar a las comunidades autónomas a apoyar reformas de gran alcance. Con su acogida de los derechos sociales y la justicia fiscal, y su priorización de los más vulnerables, aplaudimos el mensaje del nuevo gobierno, pero es necesario que sus acciones estén a la altura de esa retórica. La pobreza es en última instancia una decisión política, y los gobiernos pueden, si lo desean, optar por superarla”.
El Relator Especial presentará el seu informe final davant el Consell de Drets Humans de l’ONU a Ginebra, el proper mes de juny de 2020.